IDEARIO
Dentro del diverso activismo de carácter animalista, con sus diversas tendencias liberacionistas, abolicionistas y bienestaristas, muchos de los principios sobre los que se sustentan carecen de los medios para lograr sus fines, pues ellos mismos ven la producción animal y sus condiciones dependientes del capitalismo y los grandes intereses económicos responsables del maltrato animal, así como también ven la necesidad de modificar hábitos de alimentación, consumo y culturales a nivel mundial y la abolición de la propiedad privada, en particular aplicada a los animales. El problema es que ninguna de estas transformaciones sociales va a ser obtenida sin un cambio de carácter radical en el sistema.
Ante la necesidad de erradicar el maltrato animal en Emblema Animal entendemos:
Que la gran mayoría los actos de crueldad y maltrato animal están íntimamente ligados al sistema capitalista de producción al cual nos enfrentamos y en ese sentido creemos que una sensibilidad contra el maltrato animal es progresiva, como la que defienden colectivos de carácter animalista.
De hecho, afirmamos que desde que los animales entran en la cadena productiva, a la cual se le aplica fuerza de trabajo, comienzan a ser concebidos como mercancías y entran en la dinámica de oferta y demanda. Aquí aplica entonces la sentencia de Marx “en la medida en que la naturaleza (que engloba a la fauna en general) se transforma en puro objeto para el hombre, en pura cosa utilitaria; deja de ser reconocida en tanto potencia para sí. Y el mismo conocimiento teórico de sus leyes autónomas aparece solamente como argucia para someterla a sus propias necesidades sea como objeto de consumo o como vehículo de producción”. De esta forma la mas distendida, pero no única, fuente de crueldad y maltrato animal radica explotación asociada a la cadena productiva, que impone paupérrimas condiciones de vida a los animales (confinamiento en espacios reducidos e insalubres, diversos métodos de explotación para aumentar la producción, una alimentación y eutanasia limitadas a costes mínimos…) para reducir los gastos de producción, y así aumentar el margen de ganancias para el empresariado. De este modo, las cabezas animales (como sin ningún tipo de dignidad ni empatia las llaman) son usadas como meros productos de consumo. El capitalismo animal priva a seres sintientes animales humanos y no humanos de su condición de seres vivos sensibles y cualquier consideración por su nicho ecológico y trocando el bienestar de sus vidas por las mayores rentabilidad económica que se pueda obtener de ellas.
Otros casos corresponden a actos de crueldad animal en los cuales se utilizan animales (sus instintos, su vida) como medios de ocio, generando todo un mercado a través de estos. Tal es el caso de ciertos "deportes", ya sea encierros, corridas de toro,caza, carrera de galgos y caballos, calesas, circos etc... o el comercio de animales exóticos, lo que da sobrada cuenta de la precariedad de este sistema en que vivimos para introducir actividades sociales que fomenten el esparcimiento y el ocio sin necesidad de condenar a millones de animales a vidas de esclavitud y semi esclavitud. A través de estas crueles actividades se empodera la ideología del hombre como dominador de la naturaleza y no como parte integral de esta, sustentando las bases para el uso y destrucción de los recursos naturales al interpretarlos sesgadamente como componentes independientes del hombre y de su vida.
Para producir cambios en la sociedad del futuro que supriman estas actividades se requiere de modificaciones en el sistema económico (que es el que impone las bases de las relaciones sociales y de producción), donde la producción no se sustente en la acumulación del capital, con jornadas laborales eternas y la vida girando en torno a la producción, pero con la enajenación del producto del trabajo, sino en la satisfacción de las necesidades humanas, entre las que destacan las ambientales y recreativas.
Digamos que suprimimos las clases sociales, que todo el horario laboral se reparte equitativamente entre los trabajadores al igual que los salarios, que buscamos la socialización de los medios de producción y de la vida misma, en ese momento las necesidades de cruentas recreaciones de opresión especista (la visión de la especie humana siendo superior al resto de los seres vivos) debiesen cesar, sin embargo, no por ello no suprimiremos dichas actividades previamente y de hecho, luchamos desde ya contra todo este tipo de crueldades, pero ante todo, contra el sistema capitalista de producción que es el sustento material de dichas actividades. Actividades recreativas donde se fomenta el carácter pequeño burgués de los espectadores y el gozo por la opresión y el sufrimiento animal deben ser suprimidas sin vacilación para erigir una sociedad libre de opresión. Lo mismo corre para los circos, acuarios y zoológicos que usan animales para sus espectáculos, ¿qué placer puede producir ver a un animal salvaje domesticado y enjaulado respecto a la oportunidad de verlo en su hábitat natural y libre? ¿Acaso este debe ser un pasatiempo exclusivo de la ciudadanía en función de su posición económica?.
Además, mediante el uso y el desarrollo de la ciencia y la tecnología enfocadas en la satisfacción de las necesidades humanas y ambientales, atadas en la actualidad a los intereses del capitalistal, se podrá crear ciudaes planificadas de forma eco-sostenibles cuya expansión no se centre en la horizontalidad, sino en la verticalidad, de modo de no competir por el espacio con la naturaleza y evitar la matanza de animales salvajes, como se da en la actualidad en África y Asia asociada al crecimiento demográfico de la población más precarizada, que tiene al borde de la extinción a millones de especies.
El uso de animales para la experimentación es un medio más de los oligopolios económicos para reducir sus costos, sorprende que aun el desarrollo científico no haya llegado a los límites de impulsar y desarrollar la inteligencia artificial, la cual podría ser usada como alternativa, además hay que tener en cuenta que la mayoría de los animales usados en experimentación son ocupados por la industria cosmética, una industria no primaria para el desarrollo humano. Todas estas pruebas se podrían terminar con estudios más minuciosos, o utilizando formas alternativas, hoy consideradas poco rentables por estas industrias. Ante estas características, cuestionamos el carácter privado del método de producción, también de paso el machismo que promueven muchos de dichos productos, el uso de animales, etc. Quizás la industria asociada a la estética no cese de existir, no siendo la limitación ascética del autoconsumo el problema en realidad, sino mas bien la forma de producción asociada al sistema de acumulación capitalista, que condiciona a la experimentación animal como un medio de reducción de costos y de aumento de las utilidades, pero es un problema susceptible de discusiones varias desde distintas aristas, al igual que las farmacéuticas.
Por otra parte, creemos que la erradicación de otras costumbres arraigadas, por ejemplo la alimentación, pasan tanto por decisiones individuales como por una decisión global, además de los consejos de expertos en alimentación y por una planificación de la misma en base a la disponibilidad de recursos, lo que implica un subsecuente cambio en las actividades productivas. Hasta ese punto, un medio paliativo consiste en modificar el sistema de producción animal, para darles el mejor tipo de vida posible a los animales, evitarles el sufrimiento y abogar por sus derechos a la usanza liberacionista, no obstante, no aplicamos sanciones críticas de tipo moral a quienes gustan de la carne, pero si creemos que una moral revolucionaria se queda corta si busca solamente la abolición de la explotación del hombre por el hombre, y que debiese impulsar el cese del maltrato y la opresión hacia el resto de las especies del reino animal. Entendemos al hombre como parte de la naturaleza, no aislado ni por sobre esta y en consecuencia, con un nicho ecológico dado, pese a esto sabemos que 7000 millones de habitantes es una cifra ambiental crítica y que los oligopolios de producción animal en la búsqueda de maximizar utilidades no escatiman en medidas de crueldad, siendo puntos clave para un movimiento animalista de carácter revolucionario.
También la domesticación y la tenencia de animales de compañia es uno de los múltiples conflictos de la sociedad de clases y del capitalismo. No es que solo las sociedades de clase hayan presentado la domesticación de animales, ni que ésta haya nacido con el capitalismo, sin embargo, en este sistema se ha exacerbado, y la burguesía siempre ha gustado ostentar de los animales exóticos cuya adquisición ha sido mediada por el capital. Ahora bien, es sabido que la clase mas empobrecida tiende a emular en sus modas y costumbres a la clase dominante y el vacio social, el individualismo asociado al sistema de producción ha llegado a tal punto que los animales son concebidos como integrantes de la familia, reemplazando hijos, pareja, amigos, etc. y llenan el vacio social que deja el sistema de vida. Tan difundida se ha vuelto la mascota en nuestra sociedad, incluso entre las personas más pobres, que los recursos para una tenencia responsable a veces no alcanzan, eso con el consecuente aumento de animales en las calles o en viviendas bajo pésimas condiciones. El estado debiese ser garante del bienestar animal, debiese aplicar planes de esterilización, educación y cuidado animal, asegurar en cada comuna veterinarios que trabajen como funcionarios públicos y que diesen atención gratuita a la comunidad, en vez de aplicar planes de exterminio a los animales de la calle cada pocos años como sucede con la población de palomas y cotorras, cuando la población de animales en la calle crece por encima de ciertos límite, pero vemos como constantemente que los distintos gobiernos locales, autonómicos y estatal aplica parches a una gangrena avanzada en nuestra sociedad que es el sistema capitalista.
Emblema Animal en la necesidad de denunciar y terminar con el maltrato animal, exponemos que el cambio pasa por los siguientes medios tácticos y estrategias para llevar a cabo tales fines:
Apelamos de una u otra forma a los derechos animales, tomando como ejemplo el libro de Peter Singer, hace un balance entre placer y sufrimiento mediante un discurso utilitarista, el segundo, que critica al primero por su tibieza, enfoca todos sus esfuerzos por la liberación animal y el veganismo, mientras que el tercero no busca defender los derechos animales, sino mitigar el sufrimiento, no haciendo mención a la explotación. En realidad las asociaciones se pueden agrupar en dos tendencias esenciales, una que cree en que para la liberación animal es necesaria la educación de la población y una exigencia de la emancipación absoluta de los animales, mientras la otra cree en cambios de carácter paulatino en base a reformas progresivas y que buscan una mejora de las condiciones de vida de los animales que se continúan explotando. Sin embargo, todos los movimientos, al encontrarse ante el enorme muro constituido por el sistema capitalista de producción y acumulación, tienden a quedarse en la denuncia que los caracteriza, y muchas veces su activismo queda tan solo como una acción individual, sin una dirección o una construcción clara, consciente y definida que pueda hacer tambalear los cimientos de la sociedad en que están insertos, sino mas bien adaptándose progresivamente a ella, y a ideologías que niegan la posibilidad de transformar la realidad en su conjunto como el postmodernismo y sucumbiendo al reformismo a pesar de disputarse el título del más radical de los movimientos animalistas. Por lo demás, todos apelan a actividades aisladas con formas y manifestaciones más o menos mediáticas, pero en última instancia estériles al no ligarse a los trabajadores, que son el motor económico de la sociedad y los que pueden modificar el sistema productivo, que sustenta el maltrato animal, la explotación y destrucción ambiental.
Nuestra percepción es que todo el trabajo que se realiza y, en general, toda protesta contra el sistema de producción animal que no busca modificar de raíz el sistema de producción y explotación en el cual estamos insertos no plantea una solución real al problema dado y que, muchos de los activistas y veganos, que no quieren ser cómplices del aberrante sistema de explotación animal sin llevar su convicción hasta una lucha seria contra el sistema capitalista plantean una contradicción lógica, debido a que la omisión del consumo de carne no afecta realmente el sistema de explotación animal (si no ya estaría prohibido) sino que termina solo en una salida autocomplaciente de una consciencia individual tranquila, sin producir un cambio sustancial en la producción animal.
El consumo global de carnes proviene de varios factores económicos y socioculturales. La gran mayoría de la población, que vive en condiciones de precarización bastante alarmantes con jornadas laborales extenuantes y míseros sueldos, no tiene la oportunidad de elegir su dieta ni el tiempo para educarse y culturizarse por medios alternativos respecto a esta, sino que su dieta se acomoda principalmente a la fluctuación de precios de los alimentos en el mercado. En este sentido es que les criticamos a los animalistas su aislamiento del resto de sectores de oprimidos y explotados que se organizan en diversas luchas, como por ejemplo los grupos ambientalistas, feministas, de diversidad sexual, de estudiantes, pueblos originarios, trabajadores y pobladores, pues no creemos que la lucha por la liberación animal y contra el especismo, así como de todas las otras reivindicaciones de los sectores citados se puedan lograr aisladas, ni estén aisladas de la lucha de clases.
No creemos que la liberación animal va a ser producto del esclarecimiento de la consciencia o la iluminación de la humanidad, ni del ascetismo de la limitación del autoconsumo a nivel global, tampoco mediante acciones de carácter individualistas y aisladas que so pretexto de una consciencia tranquila pecan de omisión, sino que tenemos la convicción de que muchos de los males de la sociedad, incluyendo el cruento sistema de explotación animal, tienen como raíz la sociedad de clases y el sistema capitalista de producción y que solo mediante la revolución de carácter socialista, que elimine de raíz el capitalismo, será posible liberar al hombre y a la naturaleza de la explotación por el hombre.
Es solo mediante un cambio radical en las relaciones económicas y de producción como podemos modificar las relaciones sociales y culturales y suprimir la explotación a consecuencia de la acumulación del capital y la concepción de propiedad privada a la que están sujetos los animales, y por ende el hombre como parte de estos. En esa dirección buscamos levantar hoy un debate, que no se limite a las lecciones mecanicistas sacadas por gandes pensadores marxistas de los procesos históricos de lucha que vivieron, sino que mediante el materialismo dialéctico se enfrente a los viejos y nuevos problemas que nos aquejan y que nos lleve a la victoria, a la abolición de clases y a la emancipación de la opresión de los seres sintientes del planeta, animales y humanos.